Bienvenido o bienvenida a este artículo en el que hemos incluido todas las noticias de Apple que te perdiste la semana pasada en un práctico resumen. Así que si estás interesado en el mundo Apple, este es el mejor artículo al que has podido llegar.
‘La parte de atrás de este aparato es mejor que la parte de delante de la mayoría de aparatos’
El iMac ha cumplido 25 años este fin de semana. Es difícil no comparar aquel primer lanzamiento con el estado actual del Mac. El primer iMac fue todo un acontecimiento cultural, y su aparición en universidades y oficinas particulares de todo el mundo supuso un punto de inflexión en el desarrollo de la tecnología de consumo. Hoy en día, a Apple le cuesta generar el mismo entusiasmo con el lanzamiento de un Mac, y no es de extrañar que las cifras de ventas empiecen a flaquear.
Tal vez sea inevitable que un sector del mercado se convierta en un producto básico y pierda parte de su atractivo con el paso de los años. O puede que la forma en que Apple aborda el mercado haya cambiado. Por ejemplo, si nos fijamos en el famoso cuadrante de Steve Jobs, que ocupaba un lugar destacado en aquella keynote de 1998: solo había cuatro cuadrados que abarcaban los productos estrella que pretendía fabricar en las intersecciones del consumidor y el profesional, y del sobremesa y el portátil. Imagina intentar encajar la gama Mac de 2023 -Mac Studio, Mac Pro obsoleto y todo- en una simple cuadrícula, y luego intentar encajar esa cuadrícula en una diapositiva de presentación. Es mucho más fácil entusiasmarse con un producto cuando entiendes cómo encaja en una gama y a quién va dirigido.
Pero la clave para entusiasmarse e inspirarse con un producto es reconocer que es diferente de todo lo que has visto antes. El iMac fue rompedor e innovador, superando a los PC contemporáneos con su interfaz más fácil de usar y su sencillo método de conexión a Internet. Con cierta polémica, fue el primer Mac en prescindir de la disquetera, pero gracias a su puerto USB estaba mejor equipado que los equipos anteriores para alojar una amplia gama de hardware.
Por encima de todo, fue innovador estéticamente. El iMac G3 fue posiblemente el mejor momento de Jonny Ive, con un aspecto translúcido, bonito y colorido que no se parecía a nada que hubiéramos visto antes, pero que influiría en el diseño tecnológico de los años venideros. En un paisaje de cajas beige, el iMac era excéntrico y táctil, algo muy, pero muy original. Era arriesgado y diferente, y desde luego no era perfecto -ese ratón, madre mía-, pero era divertido.
Compáralo con la gama Mac que Apple vende ahora. ¿Dónde está la rareza? ¿Dónde está la diversión? El MacBook Air no está disponible en azul Bondi, lima y mandarina, sino en negro azulado, gris, plata y el dorado más apagado del mundo. El Mac mini es una caja gris bastante sobria. Y el descendiente directo del iMac G3, el iMac de 24 pulgadas, ha sustituido la forma de bulbo por un rectángulo y ni siquiera se atreve con sus colores, ocultando toda su viveza en la parte trasera para que el usuario real solo vea un facsímil descolorido.
No es fácil seguir siendo sorprendente y peculiar durante mucho tiempo, y probablemente era inevitable que el Mac fuera menos interesante un cuarto de siglo después. Así que la siguiente pregunta es la siguiente: ¿Puede Apple generar el mismo entusiasmo y afecto en una esfera diferente? Puede que en la WWDC 2023 tengamos la respuesta. O no.
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